CARTAS AL DIRECTOR "EL PAIS" 09-01-2013
Mi amigo Abdoulayed tiene la piel negra y los ojos inundados de
estrellas. Llegó a España para trabajar en la Expo zaragozana y luego
fue abandonado a su suerte, sin dinero y sin papeles, por un empresario
que decidió aprovecharse de su indefensión y su deseo de encontrar una
vida mejor en estas tierras. En 2010, un grupo de organizaciones y
movimientos ciudadanos aragoneses realizamos una marcha a Bruselas en
defensa de los derechos laborales y sociales que estaban en peligro.
Durante más de 1.800 kilómetros de asfalto, polvo, sol y lluvia, la
estilizada figura de Abdoulayed compartió su camino con el nuestro.
Tras regresar de esta romántica aventura, una orden de expulsión y una oscura celda le estaban aguardando.
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